Without closing the eyes to the world

LA MUJER… EL PILAR QUE SOSTIENE NUESTRAS VIDAS

La magia dentro de una mujer es: pura, linda y apasionante. Pero toda magia puede consumir y destruir a su propia portadora si no es manejada de la manera correcta.


La mujer, es el gran pilar que sostiene nuestras vidas y quien me diga que no, es porque aún no ha aprendido la magia de una mujer. 

He hablado sobre cómo me siento acerca de los estereotipos establecidos para los hombres, pero en este mundo, el hombre no es el único que sufre continuamente por una sociedad tóxica. 


Pensando en el título de este capítulo, me preguntaba, “¿de qué manera ha influido la mujer en mi vida?”, pues fue muy fácil de contestar: EN TODAS. Por ello el nombre de este segundo capítulo.

 

Como varías veces ha dicho mami Tey, mi abuela, “¿qué sería de los hombres sin una mujer en nuestras vidas?”, realmente ni yo mismo puedo contestar a esa pregunta, de lo que estoy seguro es que nos iría catastrófico. 

Hagamos una línea de tiempo donde veamos lo importante que son las mujeres en nuestras vidas. 

Comúnmente, venimos a este mundo entre el lazo del éxtasis que experimenta un hombre y una mujer. El hombre da esa semilla que debe ser fertilizada y cuidada, precisamente, la mujer es la que fertiliza y cuida esa semilla. Nueve meses después, surge una flor o un clavel dando vida a un nuevo ser. 

Desde el momento que nacemos, una mujer está a nuestro lado, puede ser tu propia madre, tu tía, tu abuela, hasta la propia enfermera del hospital. El punto es que desde el primer aliento que tomamos para llenar nuestros pulmones de aire, al lado de nosotros siempre ha habido una mujer. 

Ahora que ya he explicado el por qué la importancia de la mujer en la vida, hablaré de esos dichosos estereotipos que constantemente le quitan una barrita de felicidad a la mujer. 

Claramente, desde mi perspectiva como un hombre que agradecidamente se fija en todo, que toma consciencia y piensa en esos puntos que muy pocos hombres lo hacen. He denotado y presenciado a través de los años, incontables diferencias que se le tienen a la mujer por el único hecho de ser MUJER. 

¡SÍ! puedes creer que por el hecho de nacer mujer, sabes que vienes a un mundo donde cada aspecto de la vida será un poco más difícil por esa razón, sin olvidar los incontables estereotipos que vienen por el hecho de nacer con el sexo femenino. 

Desde los comienzos de la humanidad, a la mujer siempre se le negaron derechos tan básicos, como tener una propia opinión sin ser azotada, participar en asuntos políticos o tener algún rol relevante dentro del Estado; incluso el acceso a la educación. 

¿No te has preguntado alguna vez o aunque sea sentido un poco de curiosidad, sobre por qué, a través de la historia, casi siempre ha sido el hombre el primero en todo?, el primero en llegar a la Luna, el primero en descubrir los astros, el primero en crear alguna importantísima ley de física, pues, el que básicamente ha realizado hazañas primerizas en cualquier ámbito de la vida. 

Simple y sencillamente porque a los hombres no se les negaron derechos tan básicos como la educación. 

Es muy fácil denotar el problema ante la situación, una mujer que no tenga acceso a educación, difícilmente se le puede comparar a un hombre que desde que nace, se le es instruido en ser el primero en todo. 

Sin embargo, hay mujeres que rompieron esa barrera de grandes estereotipos. Gracias a ellas, hoy en día se goza de una mayor equidad e igualdad, claro, no al 100 % pero es algo o nada. 

Ahora bien, hablemos de las tantas cosas que sufren las mujeres día a día. 

Empecemos con un básico, que una mujer no se pueda vestir con lo que a ella más le apetezca, porque posiblemente es muy escotado, muy corto o muy llamativo, y esto es algo que está mal visto por la sociedad, porque según la misma, si sales a la calle con algo muy revelador, eres una cualquiera, una fácil, una femme fatale, y ya sabrán qué más comentarios asquerosos y denigrantes.

Las propias mamás saben que no deben dejar salir a sus hijas con prendas muy reveladoras, porque quién sabe, posiblemente no regresen a casa por ser maltratadas, violadas o incluso asesinadas. Es algo que se normaliza, pero que no debería de ser normalizado, por el simple hecho de que, sin importar si eres hombre o mujer, deberías de tener la simple libertad de vestir lo que se te dé la regaladísima gana,

POR DIOS, ES QUE ME HIERVE LA SANGRE PENSAR EN QUE NO SE TIENE ESA LIBERTAD. 

Es tan común ver este estereotipo dentro de la vida de una mujer, y te pongo un ejemplo, a x hombre no le agrada que su novia vista algo muy provocativo o algo que le haga sentir sexi, pero por qué, la respuesta más segura sería porque este x hombre, tiene problemas de inseguridad consigo mismo, desconfianza hacia su novia, etc. 

No olvidemos que, dentro de esas inseguridades, surgen comentarios como “¿por qué te vistes así? Estás tratando de llamar la atención, ¿no?”. 

Y, ¿saben?, es tan patético ver a un hombre o cualquier persona realizar comentarios como esos, comentarios donde demuestran que se sienten amenazados por la belleza y confianza de una mujer.

No me lo digan a mí dos veces, pero el hecho de tener una novia que se sienta sexi y empoderada usando lo que más le guste, me pone muy tonto ja, ja, ja. 

Así como dice una frase de mi amada autora, Elízabet Benavent, que revolotea en mi cabeza siempre que pienso en ello. “La que con verde se atreve, por guapa se tiene”.;)

Continuemos,

La mujer, es una figura que ha sido sexualizada desde los inicios de los tiempos, tomada como un objeto sexual y martirizada a que solo sirvan como una máquina para sacar bebés. Y si no me crees, ¿por qué es que dentro de nuestras propias familias siempre hay comentarios hacia las mujeres como: “se te va a pasar el arroz”, “ahorita no quieres niños pero verás que más adelante sí” “estás marchita por no tener hijos”?, ¿ya entiendes a lo que me refiero?, eso espero. 

Y hay que tener en claro que no toda mujer tiene como principal objetivo en la vida ser mamá. Está bien si tú, mi lectora, como mujer, lo quieres ser; porque añoras ver a un ser pequeño nacer de ti misma, pero añora ser mamá porque tú lo desees, no porque la sociedad te lo ha impuesto por el hecho de ser mujer.

Pero hablemos de lo sorprendente que es el acto de que una mujer tenga la capacidad biológica de traer a otro ser a este mundo, y ese ser somos todos nosotros. Sin embargo, seamos muy claros, por la misma razón de que esa capacidad haya sido otorgada a las mujeres por la naturaleza, el Universo, Dios, o en lo que tú te sientas cómodo creyendo, hay que respetar cuando quieran o no a un ser dentro de ellas. 

Otro punto muy importante que me gustaría tocar es el de la mujer en el ámbito laboral. 

Investigando un poco, he leído que tomaría alrededor de 200 años o más para que una mujer reciba el mismo salario que un hombre realizando el mismo trabajo. 

 

La razón principal por la que tomaría tanto tiempo es muy sencilla. Vivimos en una sociedad dominada por el patriarcado, donde los hombres no permitirán tan fácil despojarse de los privilegios que trae consigo pertenecer al sexo masculino para compartirlos con una mujer. 

 

En una sociedad patriarcal, machista y misógina, se le considera a la mujer como un obstáculo en los trabajos, por ejemplo, dentro de una empresa se lo piensan muy bien si contratar a un hombre o una mujer, ya que una mujer cuando quede embarazada se le debe de seguir pagando aunque no esté presente realizando sus labores. Para evitar esa situación, y pérdida de dinero, las grandes empresas no contratan a una mujer y se evita ese “malgasto”. 

 

Creo fielmente que los hombres le tienen miedo a la figura de una mujer en el poder, ¿por qué? El hombre es un ser tan frágil que al notar que una mujer puede ser igual de inteligente que él, activa su método de defensa, ¿y cuál es ese método de defensa?, el de un hombre machista, que cree es mejor en todos los aspectos a una mujer. 

 

Hay muchos ejemplos de ello en la historia, desde la reina Isabel I de Inglaterra e Irlanda o como la Reina Virgen como otros la conocen, Juana de Arco, también conocida como la doncella de Nueva Orleans, hasta algunos ejemplos más actuales, como Marie Curie y Margaret Thatcher. Todas ellas figuras de gran influencia en un mundo donde los hombres siempre estaban tratando de hacerlas caer por ser mujeres. 

 

Debo de mencionar que para escribir este capítulo me ayudé de las opiniones de varias mujeres en mi vida. Quería saber lo que les gustaba y lo que no les gustaba de ser mujer, y una de las respuestas que más me llamó la atención, fue la de mi hermana, la cual me contestó “Nada, me gusta todo de ser mujer, lo que no me gusta y la verdadera temática a abordar es, cómo nos hace sentir la sociedad, los estímulos externos que recibimos por ser mujeres, tales como sentirme indefensa ante la fuerza física otorgada a los hombres por la naturaleza, pero el problema no es que tengan mayor fuerza física, el problema es cómo la utilizan”. 


Y es muy cierto, generalmente un hombre es más prominente físicamente que una mujer, y me da lástima saber que las mujeres sienten ese temor dentro de ellas. 

¿Pero por qué se debe utilizar esa fuerza física para lo malo, cuando se podría utilizar para el bien?

Sé que muchas de mis amigas se sienten más cómodas y seguras cuando las recojo yo mismo en sus casas, cuando las acompaño de regreso, o simplemente acompañarlas a hacer cualquier cosa. Sé que se sienten seguras porque el hecho de tener a una figura masculina a la par de ellas les hace sentir más seguras de todo el mal que existe afuera de nuestras casas. 

Creería que eso sería una forma positiva de sacar provecho a la figura física de un hombre.

Pero pensándolo bien, una mujer no debería de tener la compañía de otro hombre para sentirse segura, lamentablemente, vivimos en una sociedad donde las mujeres son presas fáciles para violadores, secuestradores y asesinos. 

Entrando en plática y desayunando con dos de mis queridísimas amigas hace unos días, hablábamos de temas relacionados a la mujer y el hombre, yo les comentaba que amaba ser hombre porque específicamente en mi caso, Manu, me gusta sentirme varonil, porque me gusta la anatomía de un hombre, porque me gusta sentirme robusto, grande y demás. Pero fue muy desalentador la respuesta de una de mis amigas porque podía sentir la tristeza en sus palabras, cómo mencionaba que no le gustaba ser mujer en una sociedad machista, donde la mujer tiene que luchar tanto para salir a flote. 

Hay mucho que hablar, mucho que cambiar y mejorar; pero poco se hace. Como hombres y mujeres, debemos de entrar en consciencia, hablar del tema con nuestros seres queridos y conocidos.

Niños y niñas, tienen que apoyarse desde pequeños: que sepan que, sin importar su sexo deben de estar el uno para el otro y ayudarse como hermanos. Desde casa, los padres deben de sentar a sus hijos para enseñarles los valores para ser personas de bien. En los colegios se debe de hablar del tema, deben de haber profesores que hablen de las injusticias y desigualdades alrededor del mundo, y que no se hagan los desentendidos al respecto, porque no es lo “ético”, que sepan que los niños que tienen enfrente serán los siguientes hombres y mujeres que se hagan cargo de este mundo. 

Y sin tanto pensar, para poder hacer un verdadero cambio, las cosas se deben de hablar y tomar acciones sobre ellas.

Mis guapetones al otro lado de la pantalla, hombres que están leyendo mis palabras: 

Seamos la diferencia y rompamos con ese hilo de ser el “obstáculo para una mujer”, y el típico hombre con “alma de marinero”, porque tenemos privilegios que injustamente se nos han otorgado solo a nosotros, 

Lucha por tu prójimo, pero más importante, lucha por esas mujeres en tu vida.

Ya por último, me gustaría hacerle dedicatoria a este capítulo, 

Va dirigido a todas las mujeres en mi vida, a mis amigas, a mis hermanas, a mis tías, a mi madrina, a niña Mary, a mis abuelas, a mi mamá, y a todas las mujeres allá afuera que luchan constantemente día a día para salir adelante en un mundo oscuro y machista. 

No te canses, y nunca dejes que te apaguen esa luz que llevas dentro de ti, mi morenaza guapa. 

Autor

manuelhector343@gmail.com

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